Aunque ellos aún no lo saben, Sadie y Carter pertenecen a la estirpe de los faraones. El matrimonio de sus padres supuso la unión de dos poderosos linajes de magos y La Casa de la Vida (que es como se llama la organización de magos del antiguo Egipto) no les quita el ojo de encima. Y es que Sadie y Carter podrían ser el inicio de una nueva era, podrían cambiar el orden establecido y provocar aquello que La Casa de la Vida lleva dos milenios tratando de evitar.
Todo comienza cuando su padre, Julius, invoca a Osiris, el dios de los muertos, probablemente con la intención de resucitar a su esposa, que murió años atrás. Por error, libera también a los hermanos de Osiris: Set, Isis, Horus y Neftis. Set encierra a Osiris en el cuerpo de Julius, y ambos quedan prisioneros en un sarcófago. El plan de Set es construir una gran pirámide roja que le ayudará a canalizar su poder y le permitirá sembrar el caos en toda la Tierra. ¿La misión de Sadie y Carter? Como no podía ser de otro modo, evitarlo.
Para ello contarán con la ayuda de un su tío Amos, el hermano de Julius, y de Keops, su babuino. Al fin y al cabo, Sadie y Carter ni siquiera tienen edad legal para conducir. Tendrán muchos más enemigos y aliados, pero no queremos citarlos siquiera para no estropearos las bromas y las sorpresas que Rick Riordan ha preparado. Lo que sí os podemos decir es que las cosas no son lo que parecen y que el lector, junto con los protagonistas, se irá formulando hipótesis tras hipótesis de lo que está ocurriendo… hasta llegar a un final en el que todo encaja.
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