Érase una vez el invierno.
Agentes de las Cuatro Estaciones se desarrolla en Yamato, un escenario muy similar al Japón moderno, con cinco islas que funcionan como réplicas exactas de las regiones de Japón, y una tecnología y cultura completamente modernas. La única diferencia radica en la existencia de los Agentes de las Cuatro Estaciones, cuatro personas dotadas de poderes divinos para manifestar las estaciones y perpetuar el ciclo estacional de un país determinado. (Además de invocar las estaciones, cada agente puede ejercer un poder apropiado sobre la vida y la naturaleza en cualquier momento). Sin embargo, algunos se oponen a la existencia misma de estos agentes cuasi divinos, formando facciones insurgentes y emprendiendo acciones violentas contra ellos. Por lo tanto, a cada uno de los cuatro agentes se le asigna un guardia para su protección física y emocional. Todo esto está supervisado por una Agencia gubernamental de las Cuatro Estaciones y en colaboración con cuatro pueblos dedicados a los linajes de cada una de las cuatro estaciones.
El evento central que eclipsa todo es el secuestro de la nueva agente de primavera, Hinagiku, cuando tenía solo seis años y su posterior cautiverio de casi una década. Hinagiku, aún manifiestamente marcada por esto, ahora regresa a su papel como diosa estacional encarnada, y este volumen la sigue mientras regresa la primavera a cada una de las islas de Yamato por primera vez en una década.
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